Identificador persistente para citar o vincular este elemento: http://hdl.handle.net/10553/75013
Título: El “Pozo de la Salud”, referencia balnearia en las Islas Canarias
Otros títulos: The “Pozo de la Salud”, spa reference in the Canary Islands
Autores/as: Rodríguez de Vera, B.C. 
Padrón Ruiz, M.
Jiménez Díaz, J. F. 
Jiménez Rodríguez, C.
Hernández Martínez, Y.
Clasificación UNESCO: 32 Ciencias médicas
2508 Hidrología
Palabras clave: Pozo La Salud
Balneario
Islas Canarias
Well Health
Spa, et al.
Fecha de publicación: 2014
Publicación seriada: Boletín de la Sociedad Española de Hidrología Médica 
Resumen: En la isla canaria de El Hierro se encuentra el balneario conocido bajo la denominación de “Pozo de la Salud”, con más de trescientos años de antigüedad, aunque inicialmente se nominó como “Pozo de Sabinosa”, en alusión al pago herreño donde se ubica. Fue mandado construir en 1702 por D. Juan Bautista Herrera Ponte Ayala y Rojas, VIII Conde de La Gomera, Señor de El Hierro y III Marqués de Adeje. Inicialmente se considera inservible por ser el agua más salobre de las alumbradas en la isla. Sin embargo, a principios del siglo XIX, el polígrafo canario José de Viera y Clavijo es el primer autor que acuña el término de sulfúreas como apelativo para esta agua termal, y además de confirmar que es curativa para enfermedades cutáneas, pone de manifiesto su actividad como aguas purgantes y aperitivas. En el primer tercio del siglo XIX, el presbítero herreño Leandro Casañas Frías, tuvo gran interés en mejorar el aspecto del Pozo de Sabinosa, construyendo varios cuartos en el lugar para servir de habitación a los bañistas. Por ello se le atribuyó, erróneamente, por muchos autores la construcción del Pozo en el año 1830. Unos años más tarde aparece la figura del patricio grancanario Agustín del Castillo y Bethencourt, IV Conde de la Vega Grande de Guadalupe, que como consecuencia de su visita al Pozo con el fin de curarse una afección cutánea, inicia el proceso de mejora de las instalaciones, incitando a las autoridades locales para el acondicionamiento y reconocimiento del enclave. Prueba de ello es que en 1843 remite una muestra de las aguas del Pozo de Sabinosa a París para su análisis por parte del célebre profesor, oriundo de Menorca, Mateo Orfila, decano de la facultad de Medicina de la Universidad de París en aquel tiempo. Simultáneamente, en este año de 1843, se realiza otro análisis químico cuantitativo de las aguas del Pozo de Sabinosa en Canarias, a manos del farmacéutico Santiago González Serrano. Gracias a esta analítica, el médico Bartolomé Saurín y Celis declara las aguas como mineromedicinales, publicándose dicho dictamen en el Boletín Oficial de Canarias en mayo de 1843. De este modo se convierten en las primeras aguas declaradas mineromedicinales en el archipiélago canario. Posteriormente, el Boletín Oficial del Estado las declara de Utilidad Pública en 1949, correspondientes a la clase de cloruradas sódicas. A lo largo de todo el siglo XIX y XX se aprovechó su beneficio salutífero mediante la explotación por casas de baños particulares. En los años ochenta de la pasada centuria se construye el nuevo Balneario del Pozo de la Salud sobre las ruinas del anterior balneario, pero por diversas circunstancias no pudo ponerse en funcionamientos hasta 1995. El Balneario del Pozo de la Salud es el único referente activo existente en las Islas Canarias en la actualidad.
URI: http://hdl.handle.net/10553/75013
ISSN: 0214-2813
Fuente: Boletín de la Sociedad Española de Hidrología Médica[ISSN 0214-2813],v. 29 (2), p. 197-198
URL: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6651608
Colección:Artículos
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actualizado el 17-feb-2024

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