Identificador persistente para citar o vincular este elemento:
http://hdl.handle.net/10553/50655
Título: | Portfolios: A tool for the training and assessment of residents in dermatology, part 1 | Otros títulos: | El portafolio como herramienta de formación y evaluación de los residentes de Dermatología (I) | Autores/as: | Casanova, J. M. Soria, X. Borrego Hernando, Leopoldo De Argila, D. Ribera, M. Pujol, R. |
Clasificación UNESCO: | 32 Ciencias médicas 320106 Dermatología |
Palabras clave: | Portfolio assessment Education Internship and residency Learning Portafolio, et al. |
Fecha de publicación: | 2011 | Publicación seriada: | Actas dermo-sifiliográficas (Ed. impresa) | Resumen: | The medical resident's portfolio is a collection of materials that show reflective learning in the context of clinical practice. A portfolio contains documents (such as case histories and questionnaires the resident has used), images, and video recordings that reveal that an individual has acquired the competencies needed for professional practice. A portfolio is an assessment tool that simultaneously supports learning and gives evidence for certifying competence. It encourages independent continuing professional development that is incremental and centered on answering questions about what one has learned, how it might be applied, what still needs to be learned, and what must be done to reach one's goal. Answering such questions provides evidence of competencies that have been acquired and what is still lacking, allowing the trainee to develop a plan for personal improvement and evaluate subsequent achievements. The first step in creating a portfolio is to list required skills and abilities, along with the actions that will allow the resident to acquire them during each year of residency training. The ultimate goal is to define the resident's professional competence. We describe a model on which to base a training and assessment portfolio for residents in dermatology. El portafolio del residente es un cuaderno de aprendizaje basado en la reflexión sobre la práctica diaria. Consiste en una recopilación de documentos (historias e informes clínicos), encuestas, fotografías y videograbaciones que permiten certificar la adquisición de las competencias necesarias para ejercer la profesión. Sirve al mismo tiempo como instrumento de evaluación, tanto formativa como sumativa. Favorece el autoaprendizaje continuo y progresivo alrededor de las preguntas: ¿qué he aprendido?, ¿qué aplicación ha tenido?, ¿qué me falta por aprender? y ¿qué he de hacer para alcanzarlo? Estas preguntas evidencian las competencias adquiridas y las deficiencias de formación, lo que permite la elaboración de un plan de mejora individual y su reevaluación posterior. Para su diseño se necesita en primer lugar hacer una lista de las competencias a adquirir y las actividades a realizar en cada año de residencia, con el fin de definir el perfil del profesional. Presentamos aquí un modelo de portafolio para la formación y evaluación de los residentes de Dermatología. |
URI: | http://hdl.handle.net/10553/50655 | ISSN: | 0001-7310 | DOI: | 10.1016/S1578-2190(11)70799-5 | Fuente: | Actas Dermo-Sifiliograficas [ISSN 0001-7310], v. 102 (4), p. 244-254, (2011) |
Colección: | Artículos |
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