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http://hdl.handle.net/10553/56206
Título: | Peligros volcánicos | Autores/as: | Pérez Torrado, Francisco José Carracedo, J. C. |
Clasificación UNESCO: | 2506 Geología 250621 Vulcanología |
Palabras clave: | Actividad volcánica Tectónica de placas Canarias Índice de Explosividad volcánica (IEV) |
Fecha de publicación: | 2016 | Editor/a: | Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) | Resumen: | Las erupciones volcánicas, consideradas a escala de todo el planeta, ocurren con menor frecuencia y suponen menor peligro para la población que otros riesgos naturales como son las inundaciones o los terremotos. Además, la gran mayoría de las erupciones no causan víctimas mortales ni grandes daños a infraestructuras, pudiendo en cambio reportar beneficios a corto (atracción turística), medio y largo plazo (suelos muy ricos en nutrientes, paisajes singulares, geotermia, etc.). La tectónica de placas condiciona, no sólo la localización de la gran mayoría de los volcanes (más del 88% en los bordes de placas) sino sus mecanismos eruptivos, ya que condiciona las propiedades físico-químicas de los magmas desde su generación. Estas propiedades, significativamente la viscosidad y contenido en vapor de agua, ambas directamente proporcionales a la cantidad de SiO2 en el magma, van a determinar que una erupción desarrolle mecanismos efusivos o explosivos, siendo los últimos potencial mente más peligrosos. Otro factor que determina la mayor o menor peligrosidad de una erupción volcánica es su magnitud, es decir, la cantidad de volumen de magma que arroja a la superficie, especialmente en forma de depósitos piroclásticos. El Índice de Explosividad Volcánica (IEV), con valores que oscilan entre 0 y 8 de modo que cada número superior representa un aumento de diez veces la explosividad volcánica respecto al inmediato inferior, determina la magnitud de las erupciones. En su confección se tienen en cuenta diversos parámetros como son la altura alcanzada por la columna eruptiva, el volumen de piroclastos expulsado, duración de la erupción, etc. Solo las erupciones volcánicas que involucran mecanismos eruptivos muy explosivos y que arrojan grandes volúmenes de piroclastos (conocidas como Plinianas a Ultra-Plinianas) pueden alcanzar valores altos del IEV. En cambio, las erupciones con mecanismos de baja explosividad (conocidas como Hawaianas y Estrombolianas), formando principalmente flujos de lava, sólo alcanzan valores inferiores a 3 del IEV. Las primeras son típicas de bordes de placa destructivos (subducción en arco-islas y en márgenes continentales activos), mientras que las segunda lo son de bordes de placa constructivos (dorsales, tanto centro-oceánicas como en cuencas tras-arco). Así pues, los depósitos piroclásticos son los productos de la actividad volcánica que mayor peligrosidad entrañan. Entre ellos, los flujos piroclásticos son los causantes del mayor número de víctimas humanas directas a lo largo de una erupción. En cambio, los depósitos piroclásticos de caída no causan una gran mortalidad de forma directa, pero si suponen también una gran peligrosidad asociada a colapsos de edificios, problemas respiratorios, contaminación de suelos y aguas, graves trastornos en el tráfico aéreo, etc. Otros productos relacionados con la actividad volcánica potencialmente muy peligrosos son los lahares, flujos acuosos hiperconcentrados en sedimentos (partículas piroclásticas) que se desplazan por las laderas de los edificios volcánicos a grandes velocidades. La predicción de los peligros volcánicos reside en un amplio conocimiento del comportamiento pasado de un área volcánica y en una vigilancia efectiva si esa área se encuentra activa. Los sistemas de vigilancia utilizan diversas técnicas que suelen agruparse en tres categorías: geofísicas, geodésicas y geoquímicas. Para una correcta mitigación de los riesgos volcánicos, además del conocimiento detallado del área volcánica y un adecuado sistema de vigilancia de la misma, es necesaria la participación activa de los agentes sociales que consigan una apropiada ordenación del territorio (basada en los mapas de peligrosidad volcánica) y una permanente educación de la población, los medios de comunicación, sobre el territorio volcánico que habita. El Índice de Fatalidades Volcánicas (IFV) permite dar una idea cualitativa de la vulnerabilidad de la población a lo del tiempo ante fenómenos volcánicos. Se observa que el valor del IFV ha ido descendiendo en los últimos 4 siglos, a pesar del crecimiento exponencial de la población en ese mismo periodo de tiempo. Estos números ponen de manifiesto que los peligros volcánicos suponen menos riesgo para la población que otros peligros naturales que su prevención y mitigación ha ido siendo más efectiva con el paso del tiempo. Además, la frecuencia entre erupciones volcánicas con gran cantidad de victimas es muy baja y afectan a zonas muy concretas de la Tierra. Estos datos positivos pueden suponer un «arma de doble filos si las autoridades civiles no prestan la necesaria atención a los estudios volcánicos, máxime cuando en la actualidad (año 2014) se calcula que más de 600 millones de habitantes viven en áreas potencialmente expuestas a peligros volcánicos. Canarias supone la única región del territorio español con volcanismo activo en el periodo histórico, con 4 erupciones reconocidas, la última ocurrida en la ladera sumergida del rift S de la isla de El Hierro entre octubre de 2011 marzo del 2012. Al igual que otros archipiélagos volcánicos intraplaca, la evolución de las Islas Canarias sigue potencial actividad volcánica. Por ello, las islas de El Hierro y La Palma (en estadio juvenil de crecimiento), junto con la isla de Tenerife (estadio de rejuvenecimiento inicial) son las que mayor actividad volcánica concentran durante el Holoceno y, por extensión, las que mayores probabilidades tienen de albergar futuras erupciones. Toda esta actividad holocena se ha concentrado en unas estructuras predominantes en el desarrollo de estas islas, conocidas como rifts, y salvo algunas excepciones en volcanes de composición fonolítica en la isla de Tenerife, todas han desarrollado mecanismos eruptivos de baja explosividad (estrombolianos unas pautas determinadas que marcan a hawaianos). | URI: | http://hdl.handle.net/10553/56206 | ISBN: | 978-84-362-7014-3 | Fuente: | Introducción a los riesgos geológicos/Javier Lario, Teresa Bardají, coordinadores, p. 29-55 |
Colección: | Capítulo de libro |
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