Experimenta el envejecimiento alternativo

Abstract

La estructura de la población ha cambiado notablemente en las últimas décadas. En el año 2014, las personas de 65 y más años constituían el 17,3% respecto de la población total, proporción mayor aún que la de menores de 16 años. Las proyecciones demográficas señalan que el grupo de personas mayores seguirá creciendo en España hasta representar en 2051 un 36,5% de la población (CSIC, 2014). Las personas mayores constituyen un grupo vulnerable en todas las sociedades (Agulló y Arcas, 2012) a causa, por una parte, de los cambios biopsicosociales propios del proceso de envejecimiento, tales como la disminución natural de la capacidad física y las facultades cognitivas; y, por otra, de la percepción y valoración social negativa. La convergencia de estos factores trae como consecuencia indeseable los sentimientos de soledad, la falta de confianza y motivación, la depresión,… muy frecuentes entre las personas mayores. No cabe duda de que incrementar la calidad de vida de este colectivo, cada vez más numeroso, de manera que pueda disfrutar del aumento del tiempo de vida mediante la conservación de su independencia y la participación activa en tareas sociales productivas, es un desafío para las Administraciones Públicas de nuestro país (Giró, 2004). En el seno de este contexto sociodemográfico, único en la historia de la humanidad, surge el proyecto de intervención “Experimenta el envejecimiento alternativo”, cuya propuesta esencial es la promoción de la salud, que constituye uno de los pilares básicos que sostienen la calidad de vida de este sector de la población. Para alcanzar este objetivo el proyecto plantea mejorar el estado de salud percibido, que pese a ser un indicador subjetivo está estrechamente ligado a la salud real (esto es, quien se encuentra bien, vivirá mejor), a través de la promoción de un estilo de vida saludable y la participación en el propio autocuidado. La salud es, al mismo tiempo, una de las preocupaciones e intereses prioritarios de las personas mayores (IMSERSO, 2006) y un medio fundamental para el incremento deseado de su calidad de vida. Ahora bien, la noción de salud que el proyecto acoge se aleja de la perspectiva reduccionista, según la cual los problemas morbosos tienen su origen en causas físicas u orgánicas, y se orienta dentro de un antiguo paradigma, aunque ciertamente novedoso para las ciencias de la salud, a saber, el holístico. La OMS, a mediados del siglo pasado, recoge el testigo de esta concepción y adopta una definición multidimensional de la salud, a saber, el completo estado de bienestar físico, mental y social; y más recientemente también ha puesto en este marco la noción de envejecimiento activo. El enfoque del proyecto se encuadra dentro de una perspectiva global y multidimensional, de acuerdo a la propuesta por la OMS, que considera a la persona mayor como unidad integrada por los aspectos físicos, mentales y sociales, en continua interacción con el medio. La autora está plenamente persuadida de que sólo un proyecto de intervención que otorgue un protagonismo activo a la persona mayor y que tenga en cuenta su naturaleza biopsicosocial (factores personales y sociales, y no sólo los físicos), puede tener éxito en la consecución del objetivo de una vida más saludable. El presente trabajo se inicia con la exposición del marco teórico, conceptual y legislativo con base en el que se ha diseñado la intervención. A continuación, se desarrollan los elementos esenciales de la planificación de la intervención: destinatarios, objetivos, metodología, actividades, diseño de la evaluación,… Para terminar, se recogen la valoración personal y la autoevaluación.