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http://hdl.handle.net/10553/114626
Title: | Serapis versus Osiris: convergencia y/o divergencia en torno a su doble identidad en el Occidente Romano. Un análisis socio-religioso | Authors: | Reyes Barrios, Verónica Del Pilar | Director: | Sierra Del Molino, Rosa María | UNESCO Clasification: | 550401 Historia antigua 550621 Historia de las religiones |
Issue Date: | 2022 | Abstract: | La intencionalidad de este trabajo es tratar de, primeramente, hacer una recopilación de la presencia del dios egipcio Osiris y el dios sincrético Serapis, a través de los restos arqueológicos (epigrafía, estatuas, figurillas, lucernas, templos, estelas funerarias…), en el Occidente romano. Se ha optado por no incluir en el catálogo la numismática ya que las monedas sobre Serapis son inabarcables y la cantidad existente podría constituir perfectamente otro trabajo sólo con limitarnos a una zona geográfica concreta, lo que significa que la totalidad de monedas con menciones a Serapis en todo el Mediterráneo es excesivamente cuantiosa. De igual modo, existe un amplio registro de joyas, gemas y sellos con la presencia del dios híbrido. Para ello ya contamos con un estudio lo suficientemente específico y amplio por parte de R. Veymiers: Ἵλεως τῷ φοροῦντι. Serapis sur les gemmes et les bijoux antiques (2005). Especial consideración tienen los denominados ushebtis, shabtis, ushabti o shawabti. Estas figurillas, de origen egipcio, toman su nombre del término wšbtj (`el que responde´) y eran utilizadas como dobles de los difuntos para que realizaran trabajos en el Más Allá. La simbología del ushebtis llegó a evolucionar en el Antiguo Egipto de ta manera que durante el Tercer Período Intermedio el difunto se convertía en el propio Osiris. Sin embargo, en época ptolemaica, coincidiendo con la aparición de Serapis, estas representaciones llegaron a dejar de usarse. Posteriormente, en el Mediterráneo comenzaron a aparecer pequeñas estatuillas del dios Osiris, especialmente en la Galia. Sin embargo, hay que considerar que no siempre aparecen los ushebtis originarios egipcios, puesto que también encontramos figuritas de Osiris. Por lo tanto, podemos encontrar tanto estatuillas de Osiris (de unos 4-7 cm.) como ushebtis. Por otro lado, se ha delimitado un espacio geográfico concreto debido, una vez más, a la gran cantidad de materiales existentes, sobre todo de epigrafía que hacen mención a Serapis. Dichas menciones destacan especialmente en Oriente y concretamente en Grecia continental e insular, donde el dios cuenta con un gran número de epígrafes –a los que habría que añadir, además, las diversas novedades que han ido siendo incluidas paulatinamente por Bricault y su equipo en Biblioteca Isiaca (I, II, III, IV)-. Por ello, se ha optado por reunir un material en un catálogo vinculado a las regiones occidentales del Imperio; lo que nos ha facilitado realizar un análisis cronológico, geográfico y social; y, a su vez, nos ha llevado a una serie de conclusiones sobre el culto de estos dioses. La elección de este tema es debido a que constituye un fenómeno ideológico interesante, pues, por un lado, se realiza el estudio comparativo de dos dioses, y, por otro lado, no existe ningún estudio profundo sobre Osiris y Serapis ni en conjunto ni en el marco geográfico occidental. Por el contrario, nos encontramos ante investigaciones puntuales en regiones concretas, por separado o enmarcados dentro de los cultos mistéricos. Para elaborar este trabajo se ha hecho un uso fundamental de la epigrafía, recogiéndose toda inscripción que hiciera mención al nombre de `Osiris´y/o`Serapis´ ya fuera solos, juntos o acompañados de otros dioses nilóticos (como norma general de la tríada osiríaca, formada por Serapis, Osiris, Isis, Harpócrates y Anubis). Para toda esta labor, ha sido de suma importancia la obra de Bricault, Recueil des inscriptions concernant les cultes isiaques (RICIS) (2003). Además, de otras de sus obras como el Atlas de la diffusion des cultes isiaques (2001), Biblioteca isíaca I (2008) II (2011), III (2014) y IV (2020) y su recopilación Les cultes isiaques dans le monde grécoromain (2013). Estas obras han sido imprescindibles a la hora de abordar el tema debido a que constituyen toda una recopilación de vestigios sobre los cultos isíacos sin las que no se podría haber elaborado el presente catálogo. Por otro lado, es importante la contextualización de la figura de estos dioses. Ya que, debemos tener en cuenta a la hora de plantearnos este trabajo el cambio que sufrió Osiris a partir de la figura de Ptolomeo Sóter, quien tuvo un papel fundamental en la helenización del dios. Como consecuencia de tal sincretización entre la religión egipcia y la religión griega nació una nueva divinidad: Serapis. Este hito político-religioso es importante tenerlo presente en el estudio, puesto que Isis y Serapis son los protagonistas de la difusión de las divinidades egipcias por el Mediterráneo y sin ellos no se puede entender a Osiris, igual que sin Osiris no se puede entender el origen de Serapis. Se puede afirmar que Osiris en Occidente, en función de la documentación, queda eclipsado en primera instancia por su esposa y hermana, la diosa Isis y, en segundo lugar, por su versión helenizada, el dios Serapis. Sin embargo, no se puede afirmar lo mismo en el mundo religioso egipcio, donde Osiris constituyó una de las deidades más importantes y principales del panteón egipcio teniendo un protagonismo absoluto en el ideario de sus habitantes. El objetivo de este trabajo es partir de los elementos más genéricos para poder ir Más Allá y tratar de mostrar, a través de los vestigios, cómo ambos cultos se difundieron por todo Occidente. Y tratar de averiguar si son dos cultos independientes o si realmente se utilizan los teónimos `Serapis´ y `Osiris´ pero se hace referencia a una misma divinidad. Para ello, ha sido necesario realizar un estudio más amplio, ya que la bibliografía dedicada a Isis proporciona datos interesantes, a la vez que importantes, en la comprensión de la difusión de Osiris y Serapis por el territorio a estudiar. Del mismo modo, aunque el trabajo consiste en la presencia de estos dioses en Occidente, no podemos obviar el estudio religioso egipcio, donde se origina todo este pensamiento mítico del ciclo osiríaco. Además, tenemos que situarnos en el contexto de los cultos mistéricos que, fueron entrando progresivamente en Occidente desde finales del siglo III; pero no son aquellos cultos que surgieron en Oriente, sino que se transformaron como consecuencia de la influencia grecorromana. Los cultos mistéricos se enfrentaron a la religiosidad oficial del Imperio Romano, fundamentada en el Panteón Olímpico y en los cultos locales (religiosidad popular). Asistimos, además, a un cambio social por la cual este fenómeno religioso fue compartido por todos los estratos sociales, lo que constituyó sin duda un importante hito al no quedar relegado a las clases sociales altas y, por lo tanto, a unos pocos. | Description: | Programa de Doctorado Islas Atlánticas: Historia, Patrimonio y Marco Jurídico Institucional por la Universidad de La Laguna; la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; Universidade da Madeira (Portugal) y Universidade dos Açores (Portugal) | URI: | http://hdl.handle.net/10553/114626 |
Appears in Collections: | Tesis doctoral |
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