Paisajes Re-antropizados

Abstract

Los terrenos ya alterados que luego se abandonan no vuelven atrás, no retornan de manera espontánea a ser “naturales”. Al contrario; se pierden sus cualidades edáficas, los muros se caen, la superficie se erosiona, y a veces, adquieren usos marginales totalmente ajenos a su estructura formal. Hay lugares en que un terreno de cultivo, cuando deja de ser explotado durante décadas, retorna por sí mismo a su estado más o menos primigenio o natural. Pero este no es el caso de los terrenos abandonados en lugares áridos, como Canarias, que pasan normalmente a la irreversible (salvo acción deliberada) condición de erial. Cuando estos suelos, se sitúan en las periferias urbanas, pasan a ser terrenos en standby, a la espera de plusvalías urbanas. Estos espacios abandonados, fuera de norma, sin ley, son ocupados por los carteles publicitarios, los rellenos, los vertidos descontrolados, las construcciones sin autorización (las ampliaciones de agosto): en definitiva, se convierten, en función de la óptica con que se mire, en los espacios basura (de Koolhaas) o en los paisajes entrópicos de Robert Smithson. La pregunta clave es ¿Cómo pasar de lo des-antropizado a lo re-antropizado, evitando ese efecto de destrucción paisajística? De eso trata esta investigación; cómo volver a lograr paisajes productivos como alternativa global y sostenible para esos suelos tallados y construidos en las laderas de las islas. Convertir el suelo en objeto de consumo (turístico, inmobiliario, académico, etc.) no servirá para reencontrar esa manera de ser encarnada en el pensamiento paisajero. “La nueva relación del hombre con el entorno es revolucionaria y el diseñador del paisaje, a diferencia del artista, está condicionado por muchos factores que le impiden la experimentación inmediata. Por lo tanto, para tener una visión de futuro debemos volver a los artistas, hay que asumir el hecho de que el arte abstracto que acecha detrás de todo arte, vive una propia vida, independientemente del tiempo y del espacio”.