Enseñanza para la acción: guía comprensiva para la búsqueda de la autonomía en educación

Abstract

Las escuelas deben ser contextos de apoyo para el desarrollo, proporcionando condiciones que mejoren la capacidad de adaptación de los estudiantes y la salud mental, y, lo que es más importante, sin hacer el menor daño (Ryan & Deci, 2020). No podemos atrapar a los estudiantes en el aula, sino que tenemos que atraerlos para que se impliquen. Los paradigmas conductistas a menudo se han centrado en cómo controlar a las personas a través de la manipulación de las contingencias externas y los incentivos y, a veces, han tenido un efecto negativo e imprevisto que socavaba las motivaciones intrínsecas de las personas que estaban predispuestas a actuar. Esta idea relacionada con la vieja escuela de la motivación de controlar a los sujetos desde fuera usando refuerzos y castigos, ha llevado a un verdadero giro copernicano dentro del campo de la motivación humana. Actualmente, nos preguntamos: ¿por qué las personas deciden hacer cosas? y ¿cómo podemos mantenerlos en la senda que han elegido para actuar? Cuando pensamos en esto detenidamente, vemos la importancia que tiene para las personas hacer las cosas voluntariamente. Esta nueva forma de entender la motivación humana está representada por la teoría de la autodeterminación, que reivindica el papel relevante del docente en el proceso educativo como generador de climas motivacionales en el aula, así como el papel protagonista del estudiante en su aprendizaje. El docente es un factor social esencial que tiene el poder de fomentar el funcionamiento voluntario y desarrollar un estilo didáctico en el aula que satisfaga y nutra las necesidades psicológicas básicas del estudiante (autonomía, competencia y relaciones). Cuando el estudiante tiene esta percepción, su motivación es más autónoma y esto conlleva innumerables consecuencias positivas: mayor implicación, percepción de competencia, creatividad, aprendizaje profundo, mayor satisfacción y curiosidad, aumento de rendimiento, bienestar psicológico. Apoyar la autonomía del estudiante significa animar a los estudiantes a ser ellos mismos, favorecer la calidad de la enseñanza y prevenir el absentismo y el abandono escolar. Nutrir los recursos motivacionales internos del estudiante, proporcionar razonamientos explicativos, utilizar un lenguaje no controlador, dar tiempo al estudiante para que aprenda a su ritmo, mostrar empatía reconociendo los afectos negativos y dar posibilidades de elección son algunos elementos que el docente puede dominar para dar apoyo a la autonomía de sus estudiantes. Desde el rigor científico, la presente obra trata de contribuir humildemente a la formación del docente, proporcionándole herramientas prácticas y útiles que le ayuden a aceptar y apoyar la autonomía del estudiante; un interesante recurso para establecer el apoyo a la autonomía como estilo docente y que el aula se convierta en un auténtico contexto de confianza y funcionamiento positivo, crecimiento personal, prosperidad y satisfacción.